Lobos quizá no tan solitarios.

- Mientras lees: play. -

El sol nos quemaba. Por eso nos escondíamos. Siempre en el mismo lugar.
El mismo sofá de cuero, la misma taza de café, la misma lata de refresco. Las mismas miradas furtivas. Las mismas palabras. Los mismos deseos.
Como siempre.
Éramos rutina y ruina. Éramos dos solitarios que no se sentían tan solos. Dos lobos con distintos destinos y un camino entrelazado.
Éramos noche. Oscuridad. Miedo, y también deseo. Éramos la piel nunca rozada, las palabras nunca dichas, el beso nunca dado.
Éramos la distancia entre líneas. La falta de sentimientos, la agitación de los latidos.
Éramos luna y estrellas. Apagadas. Perdidas.

Éramos los dos pasos antes de caer al abismo. Al oscuro vacío. Y también la fuerza de frenada. La arena del fondo que nunca tocamos, el aire viscoso que nos acompañaba.
Éramos el todo y la nada. La nada y el todo.
Nosotros.
Amantes de la distancia, unidos por palabras. Por líneas. Por vacíos.
Unidos, pero nunca juntos.

4 comentarios:

  1. La verdad es que la música acompaña muchísimo al texto.
    Me ha encantado.

    Un besito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, de verdad. Siempre es agradable recibir comentarios positivos.

      Otro para ti.

      Eliminar
  2. Este es uno de esos textos que se leen y son perfectos.. cada palabra parece destinada a pegarse a su anterior y a su siguiente.. Me gustó mucho.. beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que a mi me ha gustado mucho ha sido tu comentario. Muchísimas gracias. Este texto es realmente importante para mi, y agradezco que hayas sabido ver su belleza. Gracias, otra vez.
      Un beso.

      Eliminar